El pasado 30 de marzo, el grupo de teatro Kilkarrak de Estella actuó en la Casa de Cultura de Viana y representó la obra Jonjolí, un viaje con los cómicos de antaño, al estilo medieval. (Fuente: Diario de Navarra)

Kilkarrak es una más de las compañías de teatro que están actuando en la localidad esta temporada. El ayuntamiento se encarga de su contratación y hasta el momento se han interpretado también Doña Rosita la soltera, a cargo del grupo de teatro de Los Arcos, y Cuatro corazones con freno y marcha atrás, por la compañía Garnacha de Logroño. Los vecinos de la localidad responden positivamente a este tipo de actividades.

La última obra interpretada, Jonjolí, dirigida por Pedro Echávarri, tenía una parte de teatro de calle y, a pesar de que el día era lluvioso, no renunció al paseo de un cuarto de hora por la calle Mayor de Viana. Los actores partieron a las siete menos cuarto de la Plaza de los Fueros para dirigirse hacia la Casa de Cultura, seguidos por los vecinos de la localidad en un pasacalles amenizado con música medieval y bailes. Allí, a lo largo de una hora, la compañía representó cuatro pequeñas historias de quince minutos cada una.

Textos adaptados

Las breves interpretaciones estaban sacadas del libro "Maese Pathelin y otras farsas", aunque el grupo había realizado algunas modificaciones en el texto para que el público pudiese comprenderlo mejor.

Cada una de las historias acababa con una moraleja que los actores, ataviados con ropajes del medievo, explicaban mezclados entre el público. La primera historia fue El pastel y la tarta, con dos pícaros mendigos que pelean por conseguir hacerse con un enorme pastel. La segunda, La tina, explicaba la historia de un marido domesticado por su mujer y su suegra. La tercera, El zapatero cantarín, narra la desesperación de una mujer ante la actitud de su marido, un hombre tacaño que no tiene otra preocupación que cantar. La última historia, El calderero, describe la apuesta entre un leñador y su esposa y la situación que se da cuando aparece un calderero.

Los once encargados de dar vida a las cuatro historias fueron Ion Barbarin, Miguel Calatayud, Jesús Castejón, Coloma López, Ángel Hervás, Natalia Lisarri, María José Iturralde, Lucía Echávarri, Pedro Irulegui, Cristina Lisarri y Pedro Echávarri. Este último, director de la obra, se vio obligado a actuar a última hora para sustituir a un compañero enfermo.

Laura Malo